Diferencias clave entre una startup y una pequeña empresa
A la hora de decidir entre una startup y una pequeña empresa, hay cuatro factores que debe tener en cuenta: cómo va a crecer, cómo va a conseguir el dinero, cómo va a ser la cultura de su equipo y qué riesgos va a asumir.
Estrategia de crecimiento
Las startups están concebidas para crecer rápidamente. La mayoría de las startups que se dedican al hardware tienen como objetivo pasar del prototipo a la producción en masa lo más rápido posible. Aunque empiece en un garaje, su plan de negocio contempla cómo va a conseguir millones de clientes en cuestión de pocos años.
Fuentes de financiación
Los fundadores de startups suelen obtener financiación de inversores de capital riesgo e inversores privados. Estos inversores apuestan millones a su potencial de crecimiento a cambio de la propiedad de su empresa, normalmente con el objetivo de llegar a una oferta pública inicial (OPI). Por ejemplo, si está desarrollando nueva tecnología en el ámbito de la robótica, es posible que necesite 2 millones de dólares para prototipos y pruebas antes de llegar a hacer ninguna venta.
Los propietarios de pequeñas empresas suelen recurrir a ahorros personales, préstamos bancarios o fondos de la Administración de Pequeñas Empresas de Estados Unidos (SBA). Podría solicitar un préstamo de 50 000 dólares para adquirir su primer equipo y reinvertir los beneficios para crecer. Aunque ese crecimiento podría llevarle más tiempo, le permite mantener el control total de su empresa.
Las pequeñas empresas crecen de forma estable y fuerte. Puede pasar de una máquina de CNC a diez en un periodo de varios años, o bien incorporar gradualmente nuevos servicios de ingeniería a medida que va desarrollando su base de clientes.
Mentalidad y cultura
La cultura de las startups se basa en el café y en las noches largas. Es posible que su equipo trabaje de forma remota en distintas zonas horarias, cambie el diseño de sus productos tres veces en un mismo año y promueva ideas que parezcan locuras. La idea de crear algo revolucionario es lo que mueve a todos los miembros de su equipo.
La cultura de la pequeña empresa se centra más en la estabilidad y la comunidad. Mantiene relaciones sólidas con los clientes y los proveedores, perfecciona sus productos con el tiempo y fomenta un entorno de trabajo donde las personas pueden desarrollar sus carreras profesionales a largo plazo.
Riesgos y recompensas
Las startups conllevan un riesgo y unos beneficios elevados: el 90% de las startups fracasan, y de las que sobreviven, solo el 15 % logra una estrategia de salida de 50 millones de dólares o más. Sin embargo, hay cientos de startups que reciben el estatus de unicornio cada año y alcanzan una valoración de más de 1000 millones de dólares. La recompensa es muy grande, y ese es uno de los principales motivos por los que los fundadores lo invierten todo en sus empresas.
Las pequeñas empresas dan más prioridad a la estabilidad. Si bien es posible que su empresa de ingeniería o su tienda de maquinaria no aparezcan en las noticias, sus probabilidades de tener éxito son más elevadas. Aunque no se vuelva multimillonario de la noche a la mañana, con el tiempo puede crear un negocio muy rentable que le permita vivir bien.